AVISO ANDROMEDI: En este artículo nos hacemos eco de las líneas de investigación existentes en torno al tratamiento de los problemas de erección con PRP, pero de momento, a la espera de que sea probado y recomendado por las guías internacionales de Andrología, NO LO OFRECEMOS EN NUESTROS CENTROS. De momento, aún no hay evidencia clínica suficiente, y sobre todo recurrente para llevar este tratamiento al gran público.
En su lugar, tenemos alternativas eficaces y seguras (ondas de choque, farmacoterapia, prótesis de pene, etc.) que si están respaldadas por unos resultados consistentes, no sólo en nuestra experiencia médica, sino por toda la comunidad científica internacional.
Los fármacos orales para la disfunción eréctil como las conocidas pastillas Viagra ® o Cialis® no son curativos, es decir son tratamientos que no van a reparar el pene, solamente mejoran puntualmente la erección, lo que hace que sean tratamientos crónicos.
Uno de los retos en los últimos años en la investigación en Medicina Sexual ha sido encontrar tratamientos que puedan reparar el pene de los problemas que les ha producido la disfunción eréctil, como las ondas de choque de baja intensidad. El plasma enriquecido de plaquetas o PRP es un novedoso tratamiento con resultados prometedores en este sentido.
Cuando un hombre tiene un estímulo erótico, para que el pene entre en erección, tiene que llenarse de sangre a mucha presión y cerrar la salida de sangre de la misma. Esto se produce gracias a un tejido en el interior del pene que tiene estructura como una esponja llamado tejido eréctil de los cuerpos cavernosos, que está llena de sangre.
Esta “esponja” tiene la capacidad de aumentar y disminuir su tamaño gracias a unas fibras de músculo liso que se contraen y relajan. Cuando este músculo está contraído, el pene está en flácido y cuando está relajado el pene está en erección. Es decir para que haya una erección hay que conseguir relajar estas fibras musculares.
Para ello es imprescindible que funcione bien un sistema de señales internas a través de unos nervios y unas sustancias (la más conocida es el óxido nítrico) que activan como un interruptor la relajación de estas fibras musculares. Muchas enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, el colesterol alto o el tabaco, dañan las fibras musculares y los sistemas “interruptores”, que activan su relajación. El daño que ocasionan se llama aterosclerosis, que produce disfunción eréctil y también de otros problemas de salud en los vasos sanguíneos.
El tratamiento de la disfunción eréctil PRP se realiza con la sangre del propio paciente. La sangre es un líquido que tiene muchos componentes como los glóbulos rojos, glóbulos blancos y también proteínas que reparan los vasos sanguíneos y células musculares lisas como el PDGF (Factor de crecimiento derivado de plaquetas)o el VDGF (Factor de crecimiento vascular endotelial). El PRP se realiza mediante una pequeña extracción de sangre, exactamente igual que un análisis de sangre. A través de una técnica especial, la sangre se centrifuga y se separa del resto de componentes para obtener el PRP. Esta parte de la sangre tiene todas estas proteínas reparadoras a una contracción muy alta, entre 3 y 10 veces superior a la concentración normal. A continuación se le añade una sustancia que hace que se pueda “adherir” en la zona donde se administra y se inyecta a través de una pequeña inyección en el lateral del pene, directamente al interior del tejido eréctil.
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