Tratamiento de la balanitis, postitis y balanopostits

Las balanitis y las balanopostisis son inflamaciones agudas o crónicas del glande y el prepucio del pene que pueden tener causas diferentes, producir molestias y aumentar el riesgo de padecer otras enfermedades. Introducción (a la anatomía peneana y sus afecciones más frecuentes) El pene es el órgano sexual masculino. Él permite la micción, el coito, […]
Las balanitis y las balanopostisis son inflamaciones agudas o crónicas del glande y el prepucio del pene que pueden tener causas diferentes, producir molestias y aumentar el riesgo de padecer otras enfermedades.

Introducción (a la anatomía peneana y sus afecciones más frecuentes)

El pene es el órgano sexual masculino. Él permite la micción, el coito, la eyaculación y por ende, la fertilización humana. Si recibe estímulos nerviosos apropiados, deja el estado de flaccidez y entra en erección, aumentando considerablemente de tamaño. 

Aunque existen variaciones menores en cuanto al tamaño y el aspecto externo, la morfología del pene es la misma en todos los hombres.

Este órgano está constituido internamente por dos largos cuerpos cavernosos, uno al lado del otro, que permiten la erección si son llenados de sangre ante estímulos sexuales y nerviosos. Por debajo de estos se encuentra el cuerpo esponjoso, un elemento también alargado no eréctil que es recorrido por la uretra, hasta el glande.

El glande es un reborde ensanchado en la punta del pene que cumple una función clave durante la penetración o coito. Dado su morfología relativamente angosta en el extremo más distal y ancha en la base, tiene facilidad para entrar en el canal vaginal. Posee además, el meato urinario adonde llega la uretra (que conduce la orina y el semen, en la eyaculación).

El prepucio es una doble capa de tejido que cubre los cuerpos cavernosos y esponjosos desde el escroto (la bolsa que contiene los testículos) hasta la base del glande (en el surco balano prepucial). Es flexible, elástico y puede retraerse considerablemente hasta la base del pene sin dejar de unirse al glande a través del frenullum o frenillo por la cara ventral del pene.

El prepucio y aún más, el glande, son partes del pene constituidas por piel fina y suave pero asombrosamente resistentes a la fricción soportando perfectamente el roce con la ropa interior o durante el acto sexual. Además, tienen una irrigación sanguínea importante, una tasa de recambio celular acelerada y complejas barreras inmunológicas para mantener a raya las posibles infecciones a las que se somete el pene.

Anatomía general del pene.

En ocasiones, estas barreras inmunológicas pueden fallar o ser insuficientes ante algunos agentes infecciosos y se desarrollan procesos inflamatorios agudos o crónicos. Los más importantes son la balanitis, la balanopostisis y la postisis.

¿Es lo mismo balanitis que balanopostisis? Diferencias entre ellas

Existen diferencias sustanciales entre la balanitis y la balanopostisis, sin embargo comparten el mismo fundamento fisiopatológico.

La balanitis es la inflamación del glande del pene en el que esta estructura adopta un tamaño mayor al normal, se torna roja y dificulta la micción, causando dolor.

Por otro lado, la balanopostisis es la inflamación conjunta del glande y del prepucio del pene y que es desencadenada por diversas causas que van desde fenómenos irritativos no infecciosos hasta infecciones originadas en malos hábitos de higiene o acumulación de esmegma (un material blanquecino que se acumula en el surco balano prepucial y que se compone de detritos celulares, sebo, bacterias y células muertas).

La mala higiene también podría ocurrir como cuando existe un problema de retracción efectiva del prepucio conocido como fimosis. Esto hace que el surco balano prepucial se encuentre completamente cubierto por el prepucio y favoreciendo la acumulación de desechos celulares y de bacterias.

Dentro de las causas netamente infecciosas, la más importante es la invasión de un agente micótico llamado Candida Albicans, el causante de la candidiasis y que es transmitido por vía sexual. El surco entre el glande y el prepucio (llamado surco balano prepucial) es un ambiente ideal para este hongo debido a que es un lugar húmedo, cálido y protegido del ambiente externo. Es importante resaltar que los preservativos o condones no protegen de padecer balanitis o balanopostisis debido a que, después del acto sexual, el pene descubierto puede ponerse en contacto con zonas de piel no protegidas por el condón y así, transmitir la infección (si fuera esta, la etiología).

La prevalencia de esta afección aumenta considerablemente en hombres diabéticos (dada la dificultad para cicatrizar y combatir infecciones), en pacientes obesos, en personas con alto consumo de antibióticos (que crean resistencia), en pacientes inmunodeprimidos o que reciben tratamientos con glucocorticoides

El diagnóstico de estas inflamaciones (balanitis y balanopostisis) se realiza con métodos clínicos (consultas para exploración física y de síntomas) y con métodos de laboratorio, especialmente los cultivos microbiológicos.

El manejo médico de estas patologías debe ser adecuado y oportuno para reducir el riesgo de complicaciones asociadas y va dirigido a minimizar la posible disfunción sexual, para mejorar y asegurar la función urinaria (debido a que la inflamación del glande podría obstruir el paso de orina), para descartar y prevenir el cáncer de pene y evaluar si existen lesiones cutáneas en la zona genital y que podrían indicar infecciones de transmisión sexual (ITS), especialmente el virus del herpes genital.

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Signos y síntomas

Los signos y síntomas asociados a la balanitis comprenden:

Balanitis

La balanitis acompañada de postisis (inflamación del prepucio), mejor conocida como balanopostisis añade algunas otras manifestaciones clínicas y visibles como:

Fases de la Balanopostisis

La balanopostisis (inflamación del glande y del prepucio) se desarrolla en tres etapas progresivas:

Si el tratamiento llega adecuadamente durante las primeras dos fases de la balanopostisis (simple y erosiva), es probable que no se produzcan secuelas como cicatrices en la piel afectada. No obstante, si la balanopostisis se acompaña con fimosis (dificultad para retraer el prepucio por una firme adherencia circular al glande), el proceso inflamatorio puede ser más difícil de combatir dado que la infección en el surco balano prepucial sigue estando protegida a los agentes antibióticos o antimicóticos de uso tópico.

En la balanopostisis gangrenosa (la complicación más severa de la patología, junto al cáncer de pene), el paciente puede desarrollar fiebre intensa, malestar general y decaimiento físico. 

El prepucio y glande con balanopostisis gangrenosa se caracteriza por úlceras purulentas de piel necrótica de tamaños diferentes que pueden irse uniendo entre sí y sanar por sí solas dejando una cicatriz en el sitio de ubicación. Las ulceras pueden ser tan profundas inclusive, como para causar una perforación del prepucio y la exposición de los tejidos subyacentes.

Todos estos síntomas (tanto en la balanopostisis como en la balanitis) pueden agravarse después de relaciones sexuales con penetración o masturbación.

¿Cuándo asistir al médico?

Todo paciente masculino debe asistir a un médico especialista si nota signos y síntomas infrecuentes de la región genital.

Estos comprenden:

¿Por qué ocurren estas inflamaciones?

Las balanitis y las balanopostisis son procesos inflamatorios de hipersensibilidad a diferentes agentes, tanto microbiológicos (como hongos, bacterias, etc.) como físicos (irritación por roce con ropa interior o durante relaciones sexuales, etc.).

Aunque es fina y tersa, la piel de los genitales cuenta con mecanismos fisiológicos altamente precisos que aseguran que estos tejidos se mantengan sanos, incluso ante estímulos repetitivos y estresantes para los mismos. Por ejemplo, el coito, masturbación, roce con ropa y otros tejidos, fluctuaciones de la temperatura, comezón, entre otros. 

Además, esta piel es muy elástica y posee barreras inmunológicas altamente sensibles. Esto último ayuda a prevenir infecciones y acelerar los procesos de cicatrización y recambio tisular. 

En algunas ocasiones, estas barreras pueden ser insuficientes o estar debilitadas y es allí donde ocurren los procesos inflamatorios conocidos como balanitis, postisis y balanopostisis. 

En todo caso, es importante conocer y determinar la causa exacta de la balanitis o la balanopostisis durante el diagnóstico y antes de pasar a la etapa de tratamiento. Solo así será aplicado el manejo terapéutico indicado y con mejores tasas de éxito.

Balanitis y balanopostisis en pacientes pediátricos

Según la Asociación Española de Pediatría, entre un dos y un cuatro por ciento de los niños pequeños desarrollan alguna de las variantes de la balanitis. Especialmente cuando son bebés o durante la primera infancia (entre los dos y cinco años de edad).

A menudo, los padres suelen confundir la inflamación de la punta del pene (o glande) con una simple dermatitis causada por el pañal. En otros casos, sencillamente pasa desapercibida. 

El bebé o el niño con balanitis suele presentar signos de lesión cutánea como enrojecimiento o eritema, inflamación y en algunos otros casos más infrecuentes, dificultades para orinar o retraer el prepucio (fimosis). Los niños también suelen mostrar signos de incomodidad ante la comezón o el ardor de la zona genital. 

Generalmente, los jabones y lociones para la hora del baño pueden irritar aún más la mucosa del glande y hacer que se inflame más. 

La mayoría de los casos de balanitis y balanopostisis en niños pequeños ocurren por causas infecciosas, generalmente por una exagerada acumulación de esmegma en el surco balano prepucial debida a la imposibilidad de retraer el prepucio y descubrir así, la zona de piel para ser lavada en cada baño o con pañuelos húmedos.

¿Cómo es el diagnóstico de estas patologías?

El diagnóstico de la balanitis/balanopostisis comprende dos etapas: una clínica y una de laboratorio microbiológico.

El primero ayudará a comprobar si es legítima la inflamación del glande y del prepucio, mientras que el segundo servirá para determinar la etiología de la misma (siempre que no corresponda a una balanitis o balanopostisis irritativa o no infecciosa).

Diagnóstico clínico

La exploración física de los genitales externos permite diferenciar los sitios y el grado de inflamación, eritema y de otros signos cutáneos asociados. Esto se realiza por un médico especialista en un consultorio particular, sin mayores procedimientos. La piel del glande y el prepucio pusieran mostrarse inflamados, edematizados, descamados, irritados o con úlceras. También el olor que libera un proceso infeccioso de esta naturaleza es bastante particular y pudiera percibirse.

La presencia de secreciones purulentas a través de la uretra, del surco balano prepucial o acumulación de esmegma en este sitio puede indicar que la infección está aumentando sigilosamente con el paso de los días y que el sistema inmunológico está siendo insuficiente para combatirla efectivamente.

En los casos más severos de balanitis y balanopostisis, el paciente puede mostrar signos de fimosis (incapacidad de retraer el prepucio) y la piel podría estar agrietada, fisurada o sangrante. Los ganglios linfáticos de la región inguinal suelen inflamarse y causar dolor ante la palpación.

Existen, además, condiciones y características visibles propias de cada tipo de balanitis y balanopostisis que serán abordadas en el siguiente punto de este artículo.

Diagnóstico de laboratorio

Si la entrevista médica y la exploración física confirmaron una balanitis o una balanopostisis infecciosa pero no fueron capaces de determinar el agente microbiológico causante, se toman muestras de las secreciones uretrales y balano prepuciales para ser analizadas en laboratorios microbiológicos.

El médico extrae estas muestras con hisopos de algodón y son enviadas inmediatamente al laboratorio. 

Los análisis más comunes dentro del laboratorio para este tipo de muestras comprenden los cultivos bacteriológicos y micóticos. También se realizan pruebas de detección viral como para el virus del herpes genital.

Comprender la etiología específica de una balanitis o una balanopostisis es de especial importancia para aplicar el manejo terapéutico adecuado y por ende, los fármacos.

Tipos de balanitis y tratamientos

En términos prácticos, en este apartado abordaremos los diferentes tipos de balanitis incluyendo a la inflamación adicional del prepucio, la balanopostisis.

Balanopostisis candidiásica

Es el tipo de balanopostisis más frecuente y se puede transmitir por vía sexual. Existen factores que promueven la aparición de esta patología, estos incluyen:

Este tipo de balanopostisis es causado por un hongo denominado Candida albicans. El cuadro habitual se caracteriza por comezón y enrojecimiento del glande inicialmente pero al cabo de unos días aparecen pústulas o úlceras que pueden irse uniendo entre sí. 

El diagnóstico de este tipo de balanopostisis es clínico aunque puede confirmarse con un raspado de las lesiones con Hidróxido de Potasio al 10 % o por medio de cultivos micóticos.

Manejo clínico
El tratamiento incluye la adopción de una correcta higiene genital, corrección de la diabetes o del factor predisponente y de la fimosis (si existe). También se aplican antifúngicos tópicos o por vía oral.

Balanopostisis plasmocelular, plasmocítica o de Zoon

Es un proceso inflamatorio crónico que afecta a la mucosa del glande y del prepucio. Es frecuente en hombres mayores de 50 años de edad y con prepucio redundante (muy alargado y que cubre la totalidad del glande). 

Se presenta como una lesión asintomática con forma de una única placa, extensa y enrojecida, con bordes mal definidos, húmedos y brillantes. Pudiera tener el aspecto de barniz aterciopelado. Debe realizarse diagnóstico diferencial con un método llamado eritroplasia de Queyrat. La etiología es desconocida, pero pareciera tener relación con el esmegma.

Manejo clínico

El tratamiento de este tipo de balanopostisis es quirúrgico, la circuncisión.

Balanopostisis infecciosa

Suele ser causada por agentes microbiológicos como el Streptococcus pyogenes, Bacteroides, Borreli, Neisseria gonorrhoeae, Chlamydia trachomatis, Mycoplasma, virus del herpes genital o la sífilis. El tratamiento será específico para cada tipo de etiología en particular.

Existe un tipo de balanopostisis infecciosa y altamente gangrenosa que se produce por una bacteria llamada Borrelia. La evolución suele ser muy rápida y agresiva con lesiones necróticas que aparecen dos o tres días después de la relación sexual (su contagio es por vía sexual). El tratamiento debe ser precoz con desbridamiento quirúrgico, escisión y terapia con antibióticos de amplio espectro.

Manejo clínico
El tratamiento depende directamente del agente causal que esté originando la problemática, pero generalmente corresponde a terapia farmacológica con antibióticos. En raros casos, como en la balanopostisis infecciosa por Borrelia que se indica un tratamiento quirúrgico dado el riesgo que existe de necrosis y pérdidas de tejido.

Balanopostisis irritativa

Muy frecuente y producida por mala higiene personal (acumulación de esmegma y orina en el surco balano prepucial), contacto con agentes irritantes (como soluciones antisépticas, antitranspirantes, etc.) o glucosuria (es decir, niveles elevados de glucosa en orina por problemas metabólicos).

Este tipo de balanopostisis se manifiesta clínicamente con enrojecimiento, edema, exudado y picor.

Manejo clínico
El tratamiento consiste en aumentar las medidas de higiene y la utilización de soluciones astringentes como agua de Goulard o de Boreu.

Balanitis micácea o seudoepiteliomatosa queratósica

Se caracteriza por engrosamiento de la piel del glande que se cubre con elementos descamativos. Puede formar adherencias con el prepucio, lo que genera dificultad para orinar y la retracción prepucial.

Es frecuente en hombres circuncidados mayores de 50 años de edad. Especialmente si esta circuncisión fue realizada para tratar quirúrgicamente una fimosis persistente. 

El mayor problema de este tipo de balanopostisis corresponde a que suele aparecer metaplasia (un crecimiento anormal del tejido) con alta tendencia a malignizarse y producir así tumoraciones.

Manejo clínico
El diagnóstico de confirmación es histológico y se trata con crioterapia, 5-fluorouracilo o láser.

Balanopostisis mecánica o traumática

En este caso, resulta curioso que la balanopostisis sin causa aparente sea producida por lesiones recurrentes o necróticas como pellizcos con cremalleras, quemaduras con cigarrillos y como producto de prácticas sexuales poco frecuentes.

Balanitis alérgicas

Tiene un amplio espectro de manifestaciones clínicas que van desde una leve inflamación del glande hasta un edema generalizado del pene.

La comezón es persistente con el edema (o la inflamación), eritema (o enrojecimiento) y descamación. Puede ser debido a uso de preservativos en los que sospecha de alergia al látex, colectores de orina, espermicidas, diafragmas cervicales, perfumes, lubricantes, etc.

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¿Cuáles son los factores de riesgo estas afecciones? ¿Qué hombres tienen más riesgo de sufrir balanitis?

La Asociación Española de Urología explica estima que existen algunos factores de salud que predisponen al desarrollo de balanitis y balanopostisis entre los hombres. 

Algunos de estos factores predisponentes incluyen:

Cabe destacar que la balanitis y la balanopostisis son infrecuentes en hombres circuncidados debido a que prepucio no está cubriendo permanentemente la piel del glande y es más fácil la limpieza del área.

Fimosis técnica

En la diabetes, el riesgo es mucho mayor. En pacientes con balanitis o balanopostisis y además diabéticos, las lesiones en la piel pueden ser más graves y difíciles de tratar dado que la cicatrización es más lentas. 

En este grupo de pacientes, las lesiones en la piel del glande y del prepucio suelen ser más graves en cuanto a la inflamación o edema y a que la piel podría fisurarse o romperse con facilidad. Dando como resultado, un incremento del riesgo de contraer infecciones y otras complicaciones.

Tanto es así que los hombres con antecedentes previos de balanitis y balanopostisis deben ser sometidos a pruebas de detección sanguínea y urinaria de glucosa. 

Especialmente si:

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Preguntas frecuentes acerca del tratamiento

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¿Cuánto tiempo promedio tarda en curarse la balanitis y la balanopostisis? ¿De qué depende ese tiempo?
La gran mayoría de las balanitis y las balanopostisis no suelen exceder los siete días de duración desde el inicio del tratamiento, sea cual fuere. Sin embargo, este tiempo pudiera variar un poco dependiendo de la causa, el manejo terapéutico aplicado y la presencia de factores de riesgo.
¿La balanitis es contagiosa?
Ni la balanitis ni la balanopostisis son contagiosas por sí solas.  En algunos casos, como el de la balanopostisis candidiásica o la causada por Borrelia existe cierto riesgo de transmisión. Especialmente por vía sexual en hombres homosexuales pero afortunadamente, es infrecuente.
¿Qué sucedería si la balanitis no fuera tratada?

Si la balanitis o la balanopostisis no llegaran a ser tratadas adecuada y oportunamente, existe una gran posibilidad de desarrollar cuadros más graves como ulceración de los tejidos, gangrena o necrosis tisular, obstrucciones urinarias y cáncer de pene.

La balanitis crónica (un evento excepcional pero probable) puede desencadenar mecanismos fisiopatológicos y dar origen a cáncer de pene, por mucho la complicación más temida y difícil de tratar. 

Se calcula que aproximadamente el 45 por ciento de los hombres con carcinoma epidermoide (un tipo de cáncer de pene) padecieron balanitis o balanopostisis al mínimo una vez en el pasado.

¿Tiene relación la circuncisión con la balanitis y la balanopostisis?
Algunos estudios demuestran que la balanitis y la balanopostisis tienen una mayor prevalencia en hombres no circuncidados. No obstante, no es este el factor más predisponente sino más bien, los hábitos de higiene en el área genital y si el paciente padece de diabetes.
¿Pueden tenerse relaciones sexuales con balanitis o balanopostisis?

Los síntomas inflamatorios y las molestias causadas por balanitis o balanopostisis suelen agravarse con relaciones sexuales debido a dos razones. 

La primera, es la fricción que se genera con el roce de superficies como en el coito o la masturbación. La segunda es más una razón higiénica debido a que los fluidos corporales de los genitales pueden mantener la infección o en algunos caso, contagiar a la pareja sexual.

La duración de la abstención sexual dependerá de varios factores como la gravedad de la inflamación, la fase en que se encuentre y algunos otros factores.

Referencias médicas y bibliografía

BLOG ANDROMEDI

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Autor

Dr. Natalio Cruz


El Dr. Natalio Cruz (Nº de colegiado: 414110833), con 25 años de experiencia médica, ha sido hasta 2016 Jefe de la Unidad de Andrología en el Servicio de Urología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, Coordinador Nacional de Andrología de la Asociación Española de Urología (AEU) y Secretario General de la ESSM, cargos que ha delgado para centrarse de lleno en el ilusionante proyecto de ofrecer una consulta médica privada de alto nivel en Sevilla, Marbella, Madrid y Tenerife.

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