TRATAMIENTOS para Problemas de Próstata
Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP)
La mitad de todos los hombres mayores de 50 años de edad tienen algún grado de agrandamiento prostático que interfiere con la función urinaria normal y que produce molestias que a largo plazo pueden poner en riesgo los riñones. Una próstata agrandada puede interferir notablemente en la calidad de vida de cualquier paciente.
Los mitos y tabúes que rodean los chequeos urológicos no hacen más que entorpecer la labor de los médicos y retrasar el tratamiento que, generalmente, si es aplicado de manera apropiada, tiende a atenuar el agrandamiento y mejorar el pronóstico de la enfermedad de manera significativa.
- VÍDEO: La próstata provoca problemas de erección y eyaculación
Hiperplasia Benigna de Próstata HBP
Índice de contenido
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Qué es el HBP
Introducción a los problemas de la HBP
La próstata es una glándula masculina con funciones sexuales y urinarias. Se encuentra ubicada debajo de la vejiga urinaria, rodeando la uretra y cerca de la base del pene pero no dentro de él.

Anatomía general de la próstata
Esta glándula suele tener el tamaño de una nuez mediana (unos 20 cc) pero tiende a hacerse anormalmente grande bajo ciertos factores como la edad, la predisposición genética, la obesidad, antecedentes de diabetes mellitus, el tabaquismo pero principalmente ante la falta de la hormona masculina más importante: la testosterona.
Si los niveles de testosterona (y otras hormonas masculinas) empiezan a decaer progresivamente (como pasa después de la cuarta década de vida), las células de la porción glandular de la próstata se hinchan por el aumento de receptores androgénicos. Es decir, las células se sensibilizan ante la poca hormona circulante y por ello la glándula aumenta su volumen.
El crecimiento de las células conlleva al aumento de tamaño de la glándula y por ello no solo es tan difícil controlar la hiperplasia prostática sino que a menudo se hace necesaria una cirugía.
Aunque el tamaño normal de la próstata es de 20 cc, en algunos varones con hiperplasia benigna de próstata (HBP) se han podido encontrar glándulas de hasta 100 cc, unas cinco veces su tamaño normal. Esto puede producir retención de orina y una seria estenosis uretral que debe ser tratada como una emergencia urológica.
La especialidad médica encargada de manejar los casos de hiperplasia prostática es la Urología y la cirugía urológica, especialmente en los casos más severos donde se hace necesario intervenir quirúrgicamente la glándula. Este es un procedimiento que se conoce como prostatectomía y tiene muchas variantes.
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PROCEDIMIENTO
Tratamiento sin cirugía de la HBP

La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es un padecimiento crónico que se va desarrollando de manera lenta y progresiva y, tiene además, múltiples factores asociados en su aparición.
Esta es la razón por la que cada caso debe ser evaluado cuidadosamente y de esta forma encontrar el tratamiento médico ideal.
Si la obstrucción del flujo urinario por hiperplasia benigna de próstata es parcial y solo hay síntomas poco molestos (como disminución de la fuerza del chorro de orina, mayor esfuerzo para orinar, etc.) se indica el tratamiento farmacológico que debe iniciar con la interrupción de la administración de ciertos medicamentos como:
- Fármacos anticolinérgicos que ayudan a algunos pacientes con insuficiencia cardiaca, asma o estreñimiento pueden complicar los signos obstructivos por HBP.
- Fármacos simpaticomiméticos, especialmente aquellos con efectos a nivel respiratorio (para tratar el asma) pueden también complicar el estado de los pacientes con hiperplasia benigna de próstata
- Opioides como la codeína y otros analgésicos (o drogas de abuso como la heroína) tienen agravar el pronóstico de la HBP.
Todos estos medicamentos aumentan el riesgo de obstrucción urinaria total y solo deben ser administrados cuidadosamente y si su uso es realmente imprescindible. Después de esto, el médico tratante puede indicar otros fármacos para la HBP propiamente dicha.
Dentro de los medicamentos utilizados como terapia no quirúrgica para la hiperplasia benigna de próstata con signos obstructivos moderados y graves de vías urinarias bajas se encuentran:



Durante más o menos los últimos 30 días,







Durante más o menos los últimos 30 días,







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Durante más o menos los últimos 30 días,







Durante más o menos los últimos 30 días,

















Síntomas leves.
Probablemente estas comenzando a sentir molestias relacionadas al agrandamiento de la próstata. Es necesario que seas evaluado por un profesional, de forma oportuna, para evitar que estos síntomas progresen y afecten aún más, tu calidad de vida.

El contenido de los artículos o las respuestas que aparecen en este test en ningún caso son reemplazables por la consulta con el especialista médico. Este test contiene información general que puede no ser aplicable a cada caso individual. Sólo una consulta médica especialista puede diagnosticar, indicar y dar tratamiento con garantías sanitarias.







Sintomas moderados.
Es momento de que acudas con un especialista. Evidentemente los síntomas afectan tu calidad de vida, por lo que es necesario que seas evaluado por un urólogo quien indicará un tratamiento adecuado.

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Síntomas severos.
No debes perder mucho más tiempo haciendo busquedas en Internet, la unica solución posible se encuentra en manos de un especialista. Estos resultados sugieren que tu patología prostática se encuentra avanzada, por lo que tu visita al urólogo es inaplazable. Lo ideal es ponerse en manos de un equipo especializado que pueda ofrecer una alternativa terapéutica acorde con tus necesidades.

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Bloqueantes alfa adrenérgicos
Como las famosas tamsulosina, alfuzosina, terazosina o silodosina, que actúan produciendo relajación de la musculatura lisa del esfínter urinario interno y atenuando la obstrucción de la uretra. En cuanto a la eyaculación, estos fármacos alfa-bloqueantes disminuyen el volumen eyaculado y condicionan una eyaculación retrógrada (cuando el semen que normalmente sale a través de la uretra, se dirige hacia la vejiga). Hasta un 90% de los pacientes presentan hipospermia, mientras que otro 33% se quejan de aneyaculación. Hoy en día, disponemos de distintos alfa-bloqueantes:
- Tamsulosina
- Alfuzosina
- Terazosina
- Doxazosina
- Naftopidil
- Prazosina
- Silodosina
Tratamiento con inhibidores de la alfa 5 reductasa
Como finasteride o dutasteride, que actúan limitando la conversión de la testosterona en dihidrotestosterona, una sustancia hormonal masculina con alta capacidad de producir hiperplasia benigna de próstata.
Info
Inhibición la 5-α-reductasa tipo 2
Reducción de los niveles de DHT intraprostáticos en un 90%
Reducción de los niveles plasmáticos en un 70%
Disminución del volumen prostático al inducir la apoptosis
Atrofia del tejido epitelial prostático
Inhibición 60 veces más potente de la 5-α-reductasa tipo 1
Mantiene la misma capacidad de bloqueo de la tipo 2
Los niveles plasmáticos de DHT se reducen en más del 90%
Disminución del volumen prostático total casi del 30%
De ambos tipos de medicamentos, los segundos tienen mejor nivel de eficacia en cuanto a reducción del volumen de la próstata y a disminución de los signos obstructivos de las vías urinarias bajas, especialmente en glándulas prostáticas con grandes tamaños (más de 30 cc). No obstante, en nuestra experiencia de años en los centros Andromedi de Sevilla, Madrid y Tenerife hemos comprobado cómo la combinación de ambos fármacos de forma personalizada es la mejor estrategia.
En los casos de hiperplasia benigna de próstata que se acompañan de disfunción eréctil (DE), el agente retardante de la erección conocido como tadalafilo administrado a pequeñas dosis diariamente parece tener efectos positivos en los cuadros obstructivos y eréctiles.
Todos estos tratamientos farmacológicos deben ser indicados por un médico, junto a chequeos periódicos. Bajo ningún concepto el paciente debe automedicarse.
En las semanas siguientes a comenzar el tratamiento, los pacientes refieren cambios en la respuesta eréctil, la eyaculación, o el deseo sexual y la excitación que presentan. Hay un 7-10% de hombres que sufren problemas de erección al tomar estos fármacos, sobre todo durante primer año. Luego mejoran y bajan a 2% al segundo año y hasta menos de 1% a los 3-4 años. Pasa igual que con la pérdida de deseo, que afecta hasta al 4% de los varones.

"Nuestra experiencia de años en los centros Andromedi de Sevilla, Madrid y Tenerife hemos comprobado cómo la combinación de ambos fármacos de forma personalizada es la mejor estrategia".
Hiperplasia benigna prostática
Resumen del tratamiento
Le dejamos aquí un resumen del proceso aproximado desde la solicitud de cita, hasta recibir el alta médica tras el tratamiento, en alguno de nuestros centros de Madrid, Sevilla, Marbella o Tenerife.
Consultas necesarias
Número indefinido. Es importante que el urólogo determine el grado del problema y descarte otras patologías con síntomas similares antes de encontrar la mejor solución para el agrandamiento.
Intervención
La cirugía de extirpación de próstata por vía uretral suele durar entre 45-60 minutos y es un procedimiento poco invasivo. Se usa anestesia local+sedante nervioso leve.
Estancia hospitalaria
Máximo dos días. La estancia hospitalaria de la cirugía de resección transuretral de próstata puede variar de paciente a paciente pero rara vez excede las 48 horas.
Postoperatorio y vida sexual
El paciente debe guardar reposo durante 8-10 días evitando las actividades físicas intensas. La vida normal se consigue rápidamente, eliminando el exceso glandular, la función urinaria mejora inmediatamente.
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Procedimiento quirúrgico
Cirugía de hiperplasia benigna de próstata (HBP)
El procedimiento quirúrgico estándar para tratar la hiperplasia benigna de próstata es la resección transuretral de próstata (o RTU), así que en este apartado se abordarán los aspectos más importantes de esta operación urológica.
La duración de este procedimiento es de 60 a 90 minutos dependiendo de la facilidad para acceder hasta la próstata y cantidad de tejido a extirpar. La anestesia que se utiliza es de tipo general, lo que significa que el paciente estará inconsciente durante la cirugía.

RTU resección trans uretral de próstata
¿Cuál es el objetivo de la resección transuretral de la próstata?
Como su nombre lo indica, la resección de la próstata (o ablación transuretral) consiste en extraer una porción de la glándula prostática a través de la uretra. Es decir, no es necesario realizar incisiones abiertas para exponer el órgano.
Es precisamente su capacidad de operación mínimamente invasiva lo que hace tan favorable el pronóstico de la hiperplasia benigna de próstata y los escasos efectos secundarios que suelen verse con mayor incidencia en las técnicas más convencionales (como la cirugía abierta).
El aparato utilizado en este procedimiento se conoce como resectoscopio y puede cortar el tejido prostático por medio de incisiones directas (con una punta cortante) o con electrocauterización, los más modernos. Esta electrocauterización permite no solo la separación del tejido sino el cierre inmediato de vasos sanguíneos que hayan podido ser cortados, de esta forma se reduce la pérdida de sangre y el riesgo de infecciones.
Este aparato cuenta con pinzas especiales que permiten tomar la porción de próstata que fue cortada para posteriormente extraerla.
Procedimiento ¿En qué consiste la cirugía de RTP?
La cirugía de próstata se indica en aquellos pacientes en los que la terapia farmacológica no funcionó o que desarrollaron complicaciones (retenciones agudas de orina, infecciones urinarias, cálculos renales, daño renal por hidronefrosis, etc.).
Las glándulas prostáticas con volúmenes superiores a 75 cc pueden ser operadas con cirugía abierta por el gran riesgo de sangrado, infecciones o de lesión nerviosa.
Cuando se habla de cirugía de próstata muy probablemente se esté refiriendo a la técnica más tradicional de operar esta glándula masculina: la resección transuretral de la próstata (RTP), el método estándar que, aunque ha experimentado algunos cambios y mejoras, sigue siendo en esencia el mismo procedimiento.
Resección transuretral de la próstata
Mejor conocida por su acrónimo RTU-P, la resección transuretral de próstata es una técnica quirúrgica que consiste en la extirpación de los tejidos hiperplásicos de esta glándula por medio de un aparato endoscópico llamado resectoscopio.
Este resectoscopio es un dispositivo médico complejo que se compone de una cámara endoscópica y una punta metálica que corta y sella el tejido con energía térmica. También cuenta con un canal de irrigación que inyecta solución fisiológica para distender la uretra y mejorar la visión.
El extremo delgado del aparato se introduce a través la uretra del pene y por ello no es necesario realizar incisiones en la piel. Dependiendo de la tecnología, la resección transuretral de la próstata puede requerir anestesia raquídea, sedación o anestesia general.
Las cirugías de próstata (especialmente la RTU-P) pueden cortar accidentalmente algunos nervios del pene por lo que cerca del 10 % de los pacientes puede desarrollar alguna complicación sexual como disfunción eréctil, o una complicación del tracto urinario como eyaculación retrógrada o incontinencia urinaria.
Fotovaporización prostática con láser verde
Esta técnica, mínimamente invasiva, consiste en eliminar el exceso de tejido prostático con un dispositivo que emite vapor de manera muy precisa y localizada. Así se disminuye el riesgo de lesionar los nervios del pene y producir disfunción eréctil (entre otros posibles riesgos de la cirugía convencional).
Las principales ventajas de esta técnica es que el sangrado suele ser mínimo y la recuperación bastante rápida, en unos 2 o 3 días el paciente puede retornar a sus actividades cotidianas de manera normal.
Enucleación prostática con láser de Holmio
La prostatectomía (como también es conocida la cirugía de próstata) con láser de holmio es una técnica mínimamente invasiva que utiliza energía térmica emitida por un láser ultrapreciso para extraer el exceso de tejido prostático que pudiera estar bloqueando el flujo de orina.
La enucleación de la próstata con láser Holmium (de holmio, HoELP) puede realizarse por vía transuretral. Al igual que las anteriores no requiere cuidados posteriores de cirugía abierta y los pacientes suelen tener una rápida recuperación.
Las prostatectomías
Las prostatectomías son cirugías complejas que requieren un alto nivel de precisión técnica ya que se realiza una extirpación total (o casi total) de la próstata y los tejidos que la rondan, como algunos ganglios linfáticos o las vesículas seminales si existe diseminación de células cancerígenas en esta zona, pero el gran dilema son las estructuras no implicadas en el cáncer que podrían ser lesionadas con la intervención como los nervios eréctiles.
Las prostatectomías
Las prostatectomías son cirugías complejas que requieren un alto nivel de precisión técnica ya que se realiza una extirpación total (o casi total) de la próstata y los tejidos que la rondan, como algunos ganglios linfáticos o las vesículas seminales si existe diseminación de células cancerígenas en esta zona, pero el gran dilema son las estructuras no implicadas en el cáncer que podrían ser lesionadas con la intervención como los nervios eréctiles.
Técnica REZUM™
De las técnicas más novedosas para reducir el volumen prostático en casos de HBP se encuentra la Técnica REZUM™ que consiste en destruir el exceso de tejido por medio de inyecciones muy localizadas de energía térmica en forma de vapor de agua.
Pero si no se extrae el tejido ¿Qué sucede con el tejido destruido con calor? Es importante destacar la increíble capacidad que tienen las células inmunitarias del organismo para reabsorber el tejido muerto, como sucede tras la aplicación de vapor de agua a alta temperatura. El organismo solamente eliminará el tejido muerto localizado, no los nervios o las porciones sanas de la glándula.
Dado que la destrucción del tejido se realiza de manera controlada, la posibilidad de dañar los nervios del pene (ubicados por fuera de la glándula prostática) es muy baja en comparación con otros tratamientos quirúrgicos como la resección transuretral de la próstata, la cirugía con láser de holmio o la cirugía abierta. Por esta razón, el sistema REZUM™ tiene un mínimo riesgo de complicaciones como disfunción eréctil o incontinencia urinaria.
¿Cuales son las ventajas de la Técnica REZUM?
En nuestra clínica contamos con esta técnica y hemos podido observar resultados sorprendentes: el 95 % de los pacientes experimentan una mejoría notable en cuanto a la disminución de los signos obstructivos de las vías urinarias pasados 6 meses después del tratamiento.
Dentro de las principales ventajas de este procedimiento se destacan:
- Técnica mínimamente invasiva. La cirugía de próstata con el sistema REZUM™ causa un mínimo impacto en los tejidos del organismo, por lo que la recuperación suele ser muy rápida y con nulos efectos secundarios.
- Procedimiento rápido. A diferencia de otros tipos de cirugía prostática este procedimiento médico ambulatorio se realiza en menos de 10 minutos pero con resultados sorprendentes y duraderos.
- Sin dolor ni anestesia general. El paciente recibe una dosis de anestesia regional (raquídea) y algo de sedación para estar tranquilo durante la cirugía pero no dormido (como pasa en la cirugía general).
- Sin cicatrices. Dado que la técnica REZUM™ no requiere las incisiones de la cirugía abierta para operar la próstata (todo se realiza a través de la uretra) el paciente no queda con cicatrices en la piel del área púbica.
- No más medicamentos. Los pacientes experimentan una rápida mejoría de la obstrucción urinaria por hiperplasia prostática benigna con la cual ya no requieren seguir tomando medicamentos. Esto es especialmente importante sobre todo en aquellos pacientes en los que la terapia farmacológica causa efectos indeseados como mareos, tensión arterial baja, estreñimiento, dolor de cabeza, disminución del deseo sexual, impotencia, entre otros.
- Resultados duraderos. Solo el 4 % de los pacientes sometidos a la técnica REZUM™ deben recibir una segunda aplicación al cabo de cinco años por reaparición de signos obstructivos. El 96 % de pacientes restantes se olvidan de sus problemas por HPB y tienen una vida normal.
- Preservación de la función eréctil. Los nervios del pene (adheridos a la glándula prostática) no son afectados por la aplicación de energía térmica en el interior de la próstata ni por la destrucción localizada de tejido. Los varones pueden sentir la confianza que tras la intervención no desarrollarán disfunción eréctil.
- Sin estancia hospitalaria. El paciente sometido a la terapia con el sistema REZUM™ puede regresar a casa inmediatamente después del tratamiento. No es necesario ser ingresado varios días en el centro hospitalario (esto sí ocurre con otras cirugías como con la RTP).
- Rápida recuperación. Los pacientes activos pueden sentir la confianza de retornar a sus actividades cotidianas con total normalidad pasados un par de días después de la cirugía con la técnica REZUM™. Los cuidados postoperatorios suelen ser sencillos, nada de curas ni heridas infectadas.
¿Cómo decidirme por el tratamiento que es más adecuado para mi?
En primera instancia, se debe considerar el tratamiento conservador o farmacológico. Lo ideal es retrasar el tratamiento quirúrgico hasta que sea estrictamente necesario.
Además de la importante opinión del paciente, los aspectos que el urólogo tratante de HBP tiene en cuenta para elegir el tratamiento correcto dependen de:
- Edad del paciente. Los pacientes jóvenes suelen tolerar mejor ser sometidos a una intervención quirúrgica pero los varones mayores de 65 años también suelen verse beneficiados por la cirugía de próstata si los fármacos no revirtieron la hiperplasia de la glándula.
- Grado de la hiperplasia prostática. No es igual tratar una glándula prostática con ligeros signos de hiperplasia (y por ende más susceptible a tratarse con medicamentos) que una próstata con hiperplasia severa que pudiera estar comprometiendo incluso la función renal. El grado de hiperplasia prostática (determinado con métodos de imagen como la ecografía) es directamente proporcional al grado de obstrucción uretral.
- Otras patologías asociadas o no asociadas a la HBP. Si el paciente tiene problemas cardiacos, es hipertenso, obeso o diabético debe evitarse la realización de cirugías agresivas de próstata a toda costa, solo hasta que sea completamente indispensable. Las cirugías (de cualquier índole) pueden complicar el estado de salud en pacientes susceptibles o inmunodeprimidos.
- Evolución con tratamiento farmacológico. Si la administración de medicamentos mejoró el estado de hiperplasia prostática y se disminuyó el grado de obstrucción en las vías urinarias bajas es posible considerarlo exitoso, haciendo innecesaria una cirugía (que evidentemente tiene mayor grado de éxito reduciendo el volumen prostático). La respuesta al tratamiento farmacológico suele tener mayor éxito en las etapas iniciales de la enfermedad.
- Factibilidad de una cirugía. Antes de cada intervención quirúrgica (incluyendo las cirugías de próstata) se realizan evaluaciones preoperatorias para determinar si la cirugía es necesaria, cuál es la técnica correcta y qué cuidados especiales deben ser tomados en cuenta.
Después que el paciente ha sido valorado inicialmente y se le ha administrado anestesia para evitar sentir molestias en la uretra, se procede con la intervención.
La resección transuretral de la próstata consiste en:
1 Introducir el extremo libre del resectoscopio en la uretra desde la punta del pene.
2 La punta del resectoscopio se ubica a nivel de la uretra prostática y se comienza a cortar el exceso de tejido.
3 Las porciones grandes de tejido son presionadas con pinzas especiales en el resectoscopio y se halan hacia afuera. Si son muy pequeñas, pueden atravesar el esfínter de la vejiga y quedarse ahí hasta que el paciente las orine.
4 El cirujano urólogo retirará el resectoscopio y se introducirá una sonda vesical durante algunos días (generalmente menos de 48 horas).
Después de la cirugía de próstata el paciente podrá notar ciertas molestias como irritación o ardor al orinar y quizás algo de sangre en la orina (u orina muy oscura). Estas molestias desaparecen por sí solas pero si el paciente nota alguno de los siguientes síntomas debe acudir al médico:
- Incapacidad para orinar (micción muy dolorosa o forzada).
- Gran cantidad de sangre en la orina.
- Fiebre mayor a 38° C (100° F).
Preparación para la cirugía
Antes de la cirugía de próstata, el paciente debe someterse a ciertas evaluaciones preoperatorias que consisten en:
- Un examen físico completo que incluye anamnesis, tacto rectal, chequeo de síntomas obstructivos de la orina, etc.
- Análisis de sangre y de orina.
- En algunos casos, una uretrografía.
Es recomendable que el paciente, varios días antes de la cirugía (todo depende la recomendación del médico) deje de tomar ciertos medicamentos como:
- Analgésicos no esteroides (AINES), a menos que sean completamente necesarios.
- Anticoagulantes como la warfarina o el ácido acetilsalicílico (aspirina).
Anticoagulantes como la warfarina o el ácido acetilsalicílico (aspirina).
- Organizar la manera en que el paciente regresa a casa: lo ideal es asistir acompañado a la clínica.
- El tiempo de recuperación puede variar de dos a seis semanas, el paciente debe estar consciente de ello.
- Se recomienda que el paciente se hace un aseo del área genital con agua y jabón de pH neutro antes de la cirugía y que rasure el vello púbico.
Cuidados postoperatorios y seguimiento del paciente
Dentro de las principales recomendaciones para los varones sometidos a una cirugía de próstata se encuentran:
- Aumentar la ingesta de líquidos, principalmente agua o zumos de frutas (evitar zumos muy ácidos para no alterar el pH de la orina).
- Consumir alimentos con fibra para prevenir la constipación intestinal y disminuir el esfuerzo para evacuar.
- Abstinencia de alcohol, tabaco y de otros medicamentos (a menos que el médico se asegure que no son riesgosos).
- Evitar hacer ejercicio físico y actividades de fuerza como levantar pesados objetos durante unas cinco semanas.
- Evitar tener relaciones sexuales durante cinco semanas (o el tiempo estipulado por el médico).
- Evitar conducir coche, al menos durante el tiempo que dure insertada la sonda vesical.
Resultados de la RTP
Tras la cirugía de resección transuretral de próstata, la reducción del volumen de la próstata es instantánea pero la mejoría en el flujo de la orina y la disminución de la retención de orina quizás se perciban completamente pasados unos días después del retiro de la sonda vesical.
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Padecimiento con solución
Ahora que ya sabemos su solución ¿Qué es la HBP?
Aunque parezca un diagnóstico definitivo, la hiperplasia benigna de próstata es un padecimiento que tiene solución. En este apartado se profundizará sobre el cuadro clínico que produce esta enfermedad que afecta a los hombres mayores.
¿Por qué produce tantos problemas la HBP?
La próstata es una glándula que se ubica alrededor de la uretra, justo por debajo del esfínter de la vejiga urinaria. Si la próstata se inflama, el crecimiento del tejido es concéntrico, es decir, hacia la uretra.
Cuando la uretra se comprime y hay obstrucción de orina, la vejiga rebasa su capacidad de almacenamiento y puede ocurrir incontinencia (cuando la presión dentro de la vejiga es tan grande que atraviesa el sitio de compresión prostática en la uretra) o un problema renal conocido como hidronefrosis, en el peor de los casos.
El vaciado incompleto de la vejiga puede predisponer a infecciones urinarias y a litiasis renal (vulgarmente conocidos como cálculos en los riñones).

Próstata sana

Próstata con inflamación
¿Cómo de frecuente es la HBP?
De acuerdo a datos oficiales, cerca de 105 millones de hombres padecen hiperplasia benigna de próstata (HBP) en algún grado y quizás, muchos de ellos aún no lo sepan. Esto complica el tratamiento dado que la mayoría de los afectados solo van al médico cuando perciben los signos obstructivos en el flujo urinario (que indica hiperplasia moderada o severa) y no son diagnosticados en las etapas tempranas de la enfermedad (por medio de un simple chequeo urológico).
La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es un padecimiento que no se desarrolla repentinamente sino que puede tardar varios años (incluso décadas) en manifestarse clínicamente. A menudo, la HBP comienza a los 40 años de edad y de hecho, el 50 % de los varones de 50 años de edad la tienen y a los 80 años, el 90 % ya están afectados.

"La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es un padecimiento que no se desarrolla repentinamente sino que puede tardar varios años (incluso décadas) en manifestarse clínicamente".
Problemas derivados
Signos y síntomas de la HBP
Los síntomas de la hiperplasia benigna de próstata están estrechamente vinculados con la propia obstrucción del tracto urinario inferior y de ellos, los que más refieren los pacientes son:
- Polaquiuria: o el aumento en la frecuencia miccional a lo largo del día. El paciente va al baño varias veces pero solo logra orinar algunas gotas y siente que no ha orinado completamente.
- Nicturia: si las ganas de orinar son muy frecuentes durante la noche.
- Urgencia urinaria: o una sensación muy intensa de orinar que aparece repentinamente.
- Dificultad para comenzar a orinar: quizás el paciente hace un gran esfuerzo muscular con el abdomen para iniciar a soltar la orina.
- Chorro de orina intermitente.
Solo muy pocos pacientes perciben dolor al orinar, especialmente en aquellos que deben comprimir los músculos abdominales y retener la respiración para “comprimir” la vejiga. No obstante, si la fuerza ejercida al orinar es muy grande, el paciente puede producir agravamiento de hemorroides, hernias inguinales o sangrado urinario por ruptura de venas de la vejiga.
Test de síntomas de agrandamiento prostático
Muchos pacientes, antes de ir a consulta urológica, saben que padecen problemas urinarios pero desconocen la gravedad del asunto. Sin embargo, existe una manera rápida y sencilla de evaluar el grado de obstrucción urinaria por hiperplasia benigna de próstata a través de un test.
Este test (llamado IPSS o International Prostate Symptom Score) consiste en las siguientes preguntas, a las cuales se les otorgará un puntaje que va del 0 al 5 (siendo 0 el menor grado y 5, el de mayor grado):
1 ¿Cuántas veces usted ha tenido que volver a orinar pasadas dos horas después de haber orinado inicialmente?
2 ¿Cuán frecuente es para usted tener que aguantar las ganas de orinar?
3 En los últimos 30 días ¿Qué tan a menudo se ha tenido que levantar usted de la cama a orinar durante la noche?
4 ¿Cuántas veces usted ha sentido la sensación de no haber vaciado la vejiga completamente?
5 ¿Cuántas veces usted ha notado que después de haber empezado a orinar tuvo que parar y luego volver a comenzar a orinar nuevamente?
6 ¿Qué tan frecuente usted ha observado que el chorro de orina ha perdido fuerza o que es muy débil?
7 ¿Qué tan frecuente para usted es tener que apretar los músculos abdominales para comenzar a orinar?
8 ¿Cómo se sentiría si usted tuviera que pasar el resto de la vida con los síntomas prostáticos tal y como los siente ahora?
Cada puntaje es sumado al resto y el puntaje final sirve para la interpretación con la siguiente guía:
- Síntomas leves: puntuaciones de 1 a 7.
- Síntomas moderados: puntuaciones de 8 a 19
- Síntomas graves: puntuaciones de 20 a 35.
Este cuestionario no solo puede ser realizado por el propio paciente sino que también le permite al médico evaluar la respuesta al tratamiento.
Pruebas y análisis
Diagnóstico de la HBP

El diagnóstico de la hiperplasia benigna de próstata comienza apenas el paciente habla con el médico sobre sus síntomas urinarios y en qué grado lo están afectando. A esta parte del diagnóstico se le conoce como anamnesis y es donde el médico inicia la recolección de datos importantes para elaborar la historia clínica como:
- Edad del paciente.
- Ocupación.
- Hábitos de vida (dieta, ejercicio, vida sexual, tabaco, consumo de alcohol, estrés, etc.)
- Antecedentes de HBP en la familia (padre, tíos o hermanos con esta enfermedad).
- Enfermedades previas como hipertensión arterial o diabetes mellitus.
- Infecciones de orina.

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También, el médico hará una exploración física e indicará algunas pruebas especiales. Esta exploración física se basa en la palpación de la superficie externa de la próstata por medio de un tacto rectal.
¿En qué consiste el tacto rectal?
El tacto rectal es un método diagnóstico rápido y sencillo que consiste en tocar la próstata para medir su tamaño y otras características.
Algunos hombres tienen cierto tabú con este procedimiento pero los estudios científicos confirman que el tacto rectal es una de las herramientas más útiles y confiables para examinar la próstata.
El médico se coloca guantes de látex y en cuestión de segundos introduce un dedo a través del ano para palpar la pared posterior de glándula masculina. Es algo incómodo pero no doloroso.
Análisis de sangre: Antígeno Prostático Específico (APE)
Si la glándula prostática está agrandada y se ha podido evidenciar con un tacto rectal es importante determinar los niveles sanguíneos de una sustancia conocida como antígeno prostático específico o APE.
El antígeno prostático específico es una proteína producida por la próstata que se relaciona con el riesgo de cáncer prostático.
Si los niveles de APE están dentro del rango normal (menor a 4 ng/ml) y la próstata está agrandada, posiblemente se trate de hiperplasia prostática benigna. Pero si los niveles de APE están muy elevados, es posible que se trate de algún proceso maligno en la glándula. El principal diagnóstico diferencial de la HBP es el cáncer de próstata.
Análisis de orina
Los análisis de orina sirven para determinar la química de esta sustancia, la función renal y la existencia o no de agentes patógenos causantes de una infección.
A menudo, la hiperplasia benigna de próstata puede producir retención de orina en la vejiga y aumentar el riesgo de infecciones, especialmente en pacientes diabéticos o con problemas inmunológicos.


Pruebas de imagen (urografía y ecografía pélvica)
Las pruebas de imagen permiten evaluar de manera más precisa la obstrucción de la uretra prostática. Las principales pruebas son la urografía y la ecografía.
La urografía consiste en inyectar una sustancia que, una vez filtrada por los riñones y dispersada en la orina, se pueden realizar radiografías especiales para poner en evidencia el contorno de la vejiga y la uretra. El sitio de estrechez uretral se ubica fácilmente.
La ecografía es una prueba rápida y económica que consiste en un aparato que crea imágenes bidimensionales de las estructuras internas como la vejiga (que debe estar llena de orina) al emitir ondas de ultrasonido. Es completamente indoloro y no se emite radiación ionizante (como es el caso de la urografía).

¿Cómo prepararse para la evaluación urológica?
Lo ideal es que el paciente asista a la consulta urológica con la vejiga llena (por si es necesario realizar una ecografía pélvica) y habiéndose realizado una correcta higiene del área genital.
También, es útil que la información suministrada por el paciente sea lo más exacta posible por lo que es recomendable anotar los síntomas urinarios que aparecen, con qué factores aumentan o disminuyen, si han empeorado y otros datos relevantes sobre la función urinaria y el estado de salud general.
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Factores de Riesgo
¿Cuáles son los factores de riesgo para HBP?
Dentro de los factores de riesgo más importantes asociados al desarrollo de hiperplasia benigna de próstata se encuentran:
- Edad. Las observaciones clínicas demuestran que la edad es el principal factor de riesgo implicado en el desarrollo de hiperplasia benigna de próstata, especialmente en varones mayores de 50 años donde la mitad ya padece algún signo de agrandamiento prostático que va empeorando con el paso del tiempo.
- Genética. La relación aún no está completamente clara pero las observaciones indican que tener o haber tenido un familiar cercano con agrandamiento prostático (padre, abuelos, tíos, hermanos) eleva el riesgo de desarrollar HBP.
- Diabetes. Esta enfermedad metabólica favorece no solo la hiperplasia de las células de la próstata sino los procesos inflamatorios en todo el organismo.
- Niveles elevados de lípidos en sangre. Las dislipidemias, como son conocidas, y las enfermedades cardiovasculares en general como la hipertensión arterial parecen tener una fuerte relación con la hiperplasia de próstata, especialmente en varones que reciben medicación beta bloqueante.
- Estilos de vida poco saludables tales como sedentarismo, dietas en con alto contenido calórico, bajo consumo de agua y vegetales, tabaquismo, alto consumo de alcohol, etc.
Cuidados
Prevención de la HBP
Aunque los factores genéticos y la edad avanzada son los principales factores de riesgo en el desarrollo de hiperplasia benigna de próstata (HBP) existen ciertos hábitos saludables que, siendo adoptados, pueden disminuir la probabilidad de padecer esta enfermedad urológica.
El estilo de vida saludable a continuación no solo es útil para prevenir la HBP sino para garantizar un estado general de salud óptimo en el hombre:
- Ejercicio físico como correr (caminatas ligeras si hay limitación física), deportes acuáticos, ciclismo, senderismo, etc. La combinación de levantamiento de pesas y ejercicio cardiovascular tiene un especial efecto positivo para la salud en varones mayores de 50 años ya que ayuda a mantener los niveles de testosterona y mantiene la fuerza física.
- Adecuado consumo de agua para mantener hidratados los tejidos del cuerpo y prevenir la formación de trombos.
- Una dieta balanceada, con alto contenido proteico y de vegetales, bajo contenido en grasas.
- Suplementación con omega 3 y aceites con alto contenido en ácidos grasos buenos como el aceite de oliva o de linaza.
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Posible evolución negativa
Complicaciones de la HBP
Si la hiperplasia benigna de próstata (HBP) no es tratada adecuadamente es posible que se desarrollen las siguientes complicaciones, especialmente en varones con enfermedades previas:
- Infecciones del tracto urinario (ITU) ya que la retención urinaria puede promover la proliferación de bacterias en la vejiga y la uretra.
- Retención urinaria completa, con la cual es necesario insertar un catéter o sonda vesical para drenar el exceso de orina y reducir la presión dentro de las vías urinarias superiores.
- Cálculos renales ya que la retención urinaria favorece el depósito de minerales en la orina y la formación de cristales que, si se hacen muy grandes deben ser extraídos con cirugía.
- Lesiones en la vejiga urinaria por aumento de la presión interna del órgano y distensión de las paredes.
- Lesión renal por aumento de la presión en la médula de los riñones o por infecciones.
- Incontinencia urinaria por rebosamiento (cuando la vejiga está tan llena de orina por la obstrucción de la próstata y la orina sale repentinamente).
Preguntas frecuentes
Preguntas frecuentes en los centros Andromedi de Madrid, Sevilla, Marbella y Tenerife
La anestesia que se utiliza depende directamente del tipo de intervención quirúrgica. Por ejemplo, en el procedimiento estándar para operar la próstata (resección transuretral) es necesario administrar anestesia general pero en las técnicas quirúrgicas más modernas como con el sistema REZUM™ solo requieren anestesia local y algo de sedación nerviosa. El paciente puede permanecer consciente durante todo la cirugía (que dura cerca de 7 minutos, de hecho).
Si la hiperplasia prostática no se trata adecuadamente y en el momento oportuno, la calidad de vida del varón puede verse disminuida: la potencia sexual disminuye y los problemas de incontinencia urinaria o dificultad para orinar pueden arruinar el normal desarrollo de actividades cotidianas como salir con amigos o disfrutar de un día de películas.
En el apartado “complicaciones de la HBP” se profundiza sobre las consecuencias de retrasar el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
Las relaciones sexuales pueden disfrutarse con normalidad a pesar de padecer agrandamiento de próstata si la función eréctil no se ha visto afectada. Una vida sexual activa es de hecho beneficiosa en el tratamiento de la HBP.
Tener un familiar masculino directo con hiperplasia benigna de próstata eleva el riesgo de desarrollar la enfermedad. Por esta razón, es recomendable realizar chequeos médicos de manera periódica a partir de cierta edad (el primer chequeo urológico debería ser al menos antes de los 40 años de edad).
Depende del caso pero generalmente la reducción del volumen prostático es tal que los pacientes pueden dejar de tomar medicamentos para la hiperplasia de la glándula.
Es poco probable pero puede ocurrir, especialmente en varones con predisposición genética al cáncer de próstata. Aún no hay una clara relación entre ambas enfermedades.
Por sí sola, la hiperplasia benigna de próstata no genera disfunción eréctil (recordando que los nervios encargados de esta función solo recorren la glándula por fuera de ella y no son afectados por el agrandamiento) pero sí es posible desarrollar problemas de eyaculación retrógrada.
La eyaculación retrógrada puede interferir con la capacidad fértil y se produce cuando la próstata agrandada por HBP comprime los conductos seminales y los obliga a transportar el semen hasta le vejiga urinaria (donde se combina con la orina) y no es eyaculado en el momento del orgasmo masculino.
La diabetes mellitus (especialmente la no controlada) no solo puede promover la aparición de hiperplasia benigna de próstata (HBP) sino además empeorar el cuadro clínico de los pacientes con este padecimiento.
Los elevados niveles de glucosa en sangre pueden favorecer el desarrollo de infecciones urinarias y complicar el tratamiento de la HBP.
Los pacientes diabéticos con hiperplasia benigna de próstata deben ser sometidos a revisiones periódicas para evaluar los síntomas del tracto urinario y además medir la respuesta al tratamiento.
Sí y ocurre por el almacenamiento de orina durante largos periodos dentro de la vejiga urinaria. Esto conduce a una proliferación de bacterias y a invasión de tejidos. En este caso, las infecciones urinarias deben tratarse con antibióticos específicos para el agente patógeno que ha podido ser identificado con cultivos bacteriológicos y otros estudios de laboratorio.
Los efectos secundarios de este procedimiento más observados son el sangrado urinario (que debería detenerse por sí solo pasadas cuatro semanas tras la cirugía) y la eyaculación retrógrada, sin embargo, son infrecuentes.
Existen otros efectos secundarios aún más raros como:
Disfunción eréctil por daño a los nervios del pene.
Irritación crónica de la uretra y ardor al orinar.
Estenosis de la uretra por formación de cicatrices en el tejido.
Incontinencia urinaria por dilatación del esfínter de la vejiga.
Problemas de fertilidad por eyaculación retrógrada (cuando el semen pasa a la vejiga en vez de ser expulsado por el pene).
Referencias médicas y Bibliografía
- International Prostate Symptom Score (IPSS) (en inglés) Medscape Web
- Prostate Enlargement (en inglés) The NHS Website
- Benign Prostate Hyperplasia (en inglés) National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases
- Causes and Symptoms of benign Prostate Hyperplasia (en inglés) Mayo Clinic
- Benign Prostate Hyperplasia: a Urological Condition (en inglés) Saint John Cancer Hospital
- Relation between diabetes and BPH (en inglés) PubMed
- Pharmacological treatment for Benign Prostate Hyperplasia (en inglés) WebMD
- REZUM™ Technic for BPH (en inglés) NCBI - US
- Surgery for Prostate Enlargement (en inglés) WebMD
Autor
Dr. Natalio Cruz
El Dr. Natalio Cruz (Nº de colegiado: 414110833), con 25 años de experiencia médica, ha sido hasta 2016 Jefe de la Unidad de Andrología en el Servicio de Urología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, Coordinador Nacional de Andrología de la Asociación Española de Urología (AEU) y Secretario General de la ESSM, cargos que ha delgado para centrarse de lleno en el ilusionante proyecto de ofrecer una consulta médica privada de alto nivel en Sevilla, Marbella, Madrid y Tenerife.
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