Causas frecuentes
¿Qué produce la enfermedad y cuál es su mecanismo de patogenicidad?
El agente infeccioso de la clamidia es la bacteria chlamydia trachomatis, una de las especies del género chlamydia que incluye además, la chlamydia psittaci y la chlamydia pneumonie (importantes exponentes de neumonías bacterianas de difícil tratamiento).
La chlamydia trachomatis tiene un tamaño mucho menor que a la mayoría de las bacterias, por lo que se convierte en un microorganismo intracelular obligado debido a que tiene dificultades para producir sus propios nutrientes y requiere la maquínaria proteínica de otras células.
Para poder sobrevivir, el microorganismo requiere de una célula viva eucariota (como las de la mucosa genital) que les provea de sustancias nutritivas mientras le sirve como un refugio ante el ambiente externo.
Una vez dentro de las células, la pared celular de la bacteria (con una sustancia altamente antigénica llamada lipopolisacárido o LPS) genera una respuesta inmunológica que se traduce en inflamación e irritación del tejido epitelial de la vagina o el pene con presencia de secreciones mucosas y purulentas.
¿Cómo se transmite?
El contagio por chlamydia trachomatis se produce por vía sexual con contacto directo de mucosas o fluidos infectados con la bacteria.
Esto ocurre cuando se tienen relaciones sexuales sin protección con métodos de barrera (como con el preservativo de látex) entre una mujer y un hombre.
Estadísticamente el grado de transmisibilidad aumenta en personas con relaciones sexuales homosexuales (sin uso del preservativo) o con otras prácticas sexuales sin barrera de prevención como suele ser el sexo oral.
También, el padecer de otras infecciones de transmisión sexual, especialmente si producen ampollas o úlceras genitales (como el herpes genital o el chancro de la sífilis), cumple un importante rol a la hora de contagiar la bacteria. Esto es debido a que la integridad de la piel y las mucosas se encuentra deteriorada y no existe una barrera protectora que impida el paso directo de la bacteria.
La mucosa genital no es la única que puede almacenar y transmitir la bacteria. Las mucosas orales u oculares tienen la capacidad de ser un reservorio para la enfermedad. En estas localizaciones, la bacteria produce lesiones aún más evidentes y dolorosas.
- En la boca
- En los ojos
La clamidia puede inducir la formación de placas de piel de color blanco en el paladar, la laringe o la lengua.
La clamidia produce una grave enfermedad llamada tracoma ocular que, de no ser tratada a tiempo, puede conllevar a perdida de la visión de forma parcial o total. Allí, la bacteria invade la conjuntiva ocular y la esclerótica, formando placas densas de tejido que se manifiesta como una conjuntivitis común: lagrimeo, dolor, comezón y secreción de pus. La ceguera se produce cuando la bacteria infecta la delgada membrana corneal, debilitándola y haciendo que se opacifique.
¿Cómo puede llegar la bacteria hasta la conjuntiva ocular o a la boca?
Es simple: suele producirse por auto – inoculación (al frotarse los párpados luego de haber tocado los genitales estando infectados con chlamydia trachomatis).
La transmisión de clamidia madre a hijo también puede tener lugar el momento del parto (transmisión por vía vertical).
Las manifestaciones más frecuentes de la clamidia en recién nacidos son la conjuntivitis neonatal y la neumonía bacteriana.
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