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Hay dos tipos de relaciones fisiológicas o fisiopatológicas entre la patología de la erección y la patología prostática. Por un lado la propia patología prostática daña la erección porque comparte mecanismos fisiopatológicos, es decir, la falta de vascularización, la fibrosis, y algunos otros componentes moleculares que afectan tanto a la erección como a la próstata. Y cuando la próstata se aumenta de tamaño y aparecen clínica miccional, pues entonces aparecen también problemas de erección.
En segundo lugar, hay una relación por los tratamientos que se utilizan para corregir los problemas de próstata. Por ejemplo, uno de ellos, es la adenomectomía que es una operación indicada para la hiperplasia benigna de próstata. Algunos de los tratamientos médicos empleados para la patología prostática y algunos de los tratamientos quirúrgicos empleados para la hiperplasia en línea de próstata, pueden afectar a la erección al retirar o eliminar tejidos.
Es variable de un paciente a otro, y va a estar oscilando entre aproximadamente unos seis meses y un año. A partir de un año normalmente la capacidad de mejora va a ser prácticamente nula y hemos de pensar en un tratamiento con malla suburetral como el que desglosamos en esta página.
Si, las molestias al orinar (en la uretra) relacionadas con la próstata pueden ser causadas por la HBP y también por infecciones de orina o prostatitis derivadas de esta, ya que existe una propensión a que se produzca en pacientes con próstata aumentada de tamaño.
No, en lo absoluto. No tiene ningún problema.
No tienes por qué dejar el ejercicio en lo absoluto, al contrario debes seguir si es moderado y beneficioso para tu organismo, hablando de forma general (y no de deportes de riesgo o de contacto directo como artes marciales).
No sabemos de dónde sale tal afirmación, no es algo que en nuestro centro indiquemos de esa manera.
No, al igual que comentábamos con el ejercicio deportivo, no hay ningún riesgo especifico asociado a ello.
Si, uno de los principales efectos son los trastornos de la eyaculación que provoca la tamsulosina, que son principalmente dos: una disminución del volumen eyaculado y la eyaculación retrograda, es decir, después de alcanzar el orgasmo se produce una eyaculación que va a la vejiga en lugar de al exterior (el contenido de la eyaculación llega a la vejiga y luego va a ser expulsado por la primera erección después de haber tenido ese orgasmo). Si se experimentan estos problemas, más que rebajar la suele retirarse su administración.
La mayor diferencia es que son dos tipos de energía diferente, por lo que, al menos en nuestra experiencia, no hay uno mejor que otro: va a depender sobre todo de la disponibilidad de cada uno y de la experiencia del equipo quirúrgico usándolo.