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En las inflamaciones agudas de próstata o en casos de cáncer de próstata terminal se recomienda la abstinencia total de relaciones sexuales debido a que la compresión constante de la próstata pudiera agravar el estado clínico del paciente.
En todo caso, el médico urólogo será el encargado de determinar si existe algún riesgo de aumentar la inflamación de la glándula con las relaciones sexuales.
Si podría ser posible. Aunque son infrecuentes y aislados, los casos de prostatitis y de hiperplasia benigna de próstata pueden presentarse en niños varones, inclusive, antes de haber alcanzado la madurez sexual correspondiente.
Estos casos suelen tener un elevado componente genético. El manejo clínico de las enfermedades es igual que en los varones adultos.
- Mantener una alimentación balanceada, baja en grasas y en alimentos muy procesados o fritos. Con alto contenido de vegetales y carnes magras.
- Evitar el sedentarismo.
- Realizar ejercicio físico moderado, como un mínimo de tres veces por semana (esto ayuda a mantener, entre otras cosas, los niveles adecuados de testosterona en sangre).
- Evitar el tabaquísmo y el alcoholismo.
- Realizar chequeos médicos y urológicos una vez por año, en hombres mayores de 40 años de edad. Los exámenes deben incluir análisis de sangre (para medir los niveles de antígeno prostático) y tacto rectal.
- Abscesos prostáticos, en los que se origina un saco de pus y material celular muerto dentro de la próstata, aumentando la inflamación de la glándula y complicando su tratamiento. Causa dolor y es considerada una emergencia urológica.
- Paso de bacterias a la sangre (bacteriemia) que puede originar una sepsis y un shock séptico.
- Paso de bacterias a los testículos, el epidídimo y el escroto.