TRATAMIENTOS de Urología

Infecciones

Las infecciones urológicas (o androurológicas, en el caso de los varones) pueden llegar a comprometer otros sistemas causando complicaciones severas y difíciles de tratar si no reciben un adecuado manejo médico a tiempo.

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Índice de contenido

Definición

¿Qué son las infecciones urológicas y cómo de frecuentes son?

Las infecciones urológicas comprenden uno de los motivos de consultas más frecuentes en países como los europeos o en Estados Unidos. Solo en este país, se calcula que las infecciones del tracto urinario son responsables de más de 7 millones de visitas al médico cada año y con tendencia a seguir aumentando con el paso del tiempo (debido muy probablemente al problema con la resistencia de los microorganismos patógenos a los antibióticos y la creación de súper bacterias).

El término infecciones urológicas es más representativo que el término infecciones urinarias (o ITU, infecciones del tracto urinario) dado que es la confluencia de los trastornos infecciosos de las vías urinarias (riñones, pelvis renal, uréteres, vejiga u uretra) y de las infecciones propias de las vías del sistema reproductor, especialmente del masculino.

Las infecciones urológicas (o androurológicas, en el caso de los varones) pueden llegar a comprometer otros sistemas causando complicaciones severas y difíciles de tratar si no reciben un adecuado manejo médico a tiempo. Por esto, es importante que la población en general pueda comprender la relevancia que esto tiene y el impacto que podría tener en el desempeño laboral y en la vida cotidiana en general.

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Resumen del tratamiento

Le dejamos aquí un resumen del proceso aproximado desde la solicitud de cita, hasta recibir el alta médica tras el tratamiento, en alguno de nuestros centros de Madrid, Sevilla, Marbella o Tenerife.

Consultas necesarias

En la mayoría de los casos son necesarias dos consultas para diagnosticar y confirmar la infección. Una para evaluar al paciente y otra para revisar análisis microbiológicos.

Tipo de tratamiento

El tratamiento básico de las infecciones urinarias (también llamadas ITU) consiste en la administración de dosis de antibióticos empíricos o específicos para la bacteria.

Resultado y tiempo de espera

La mayoría de las infecciones urinarias remiten eficazmente al cabo de una o dos semanas después de haber iniciado el tratamiento con los antibióticos.

Retomar la vida sexual

En algunos casos las molestias de las infecciones urinarias pueden tardar un poco más en desaparecer. Sin embargo, puede retomarse el sexo una vez tratada la infección.

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Causas Frecuentes

¿Por qué se producen? ¿Existen factores de riesgo para estas infecciones y cuáles podrían ser?

Cuando un microorganismo, patógeno o propio de la flora habitual del tracto urinario es capaz de atravesar la mucosa y de invadir el tejido menos superficial (submucosa, capa de músculo liso, el revestimiento externo de los tubos o más allá de eso) ocurrirá que el sistema inmunológico del paciente creará las condiciones necesarias en ese tejido para combatir la infección, produciendo los signos típicos de inflamación. Es decir, una respuesta inmune de tipo inflamatoria.

El grupo de microorganismos que tienen la capacidad de sobrepasar estas barreras de protección natural es muy amplio pero generalmente se hallan en un grupo bastante identificado y dentro de los cuales se destacan las bacterias escherichia coli (responsable de más del 80 por cien de todas las ITU), proteus mirabilis y klebsiella pneumonie y algunos hongos como la candida albicans.

Ahora bien, en condiciones normales, el sistema inmunitario es capaz de mantener a raya estos patógenos. No obstante, pueden darse fenómenos que predisponen al paciente a estas infecciones tales como:

Las bacterias como escherichia coli u hongos como la candida albicans pueden estar presentes en las vías urinarias como flora habitual sin causar problemas pero pueden invadir tras varios días con sondaje vesical, como en pacientes hospitalizados.

Algunos cuadros infecciosos graves como neumonías, tuberculosis o fiebre reumática pueden transportar patógenos por la sangre o la linfa y depositarlos en las vías urinarias. Es importante descartar este origen en cada caso de ITU o infecciones urológicas en general.

El tema de las bacterias multirresistentes es tan relevante que en la actualidad se observan cada vez con mayor prevalencia las infecciones urológicas de tipo crónico. Es decir, pacientes con infecciones urinarias recurrentes, que suelen durar mucho tiempo (incluso meses) y que presentan una sensibilidad baja a los antibióticos convencionales.

Este grupo de pacientes puede tener un peor pronóstico y a menudo, terminan con complicaciones asociadas como daño renal, pérdida de la función urinaria a voluntad o infertilidad. En los apartados posteriores se hablará de estas complicaciones (y de otras más) con mayor detalle.

Infecciones urinarias ¿Iguales en mujeres y hombres?

El tracto urinario es, en esencia, el mismo en hombres y mujeres por lo que las infecciones urinarias en general suelen tener la misma presentación, el mismo diagnóstico y manejos terapéuticos similares.

En los hombres, las vías urinarias tienen una diferencia fundamental con la de las mujeres: son más largas y significativamente más angostas. Esto hace que los procesos infecciosos tengan mayor rango de ubicación y mayor dificultad para que los fármacos tengan efecto localizado.

En los hombres, las vías urinarias tienen una diferencia fundamental con la de las mujeres: son más largas y significativamente más angostas. Esto hace que los procesos infecciosos tengan mayor rango de ubicación y mayor dificultad para que los fármacos tengan efecto localizado.

Además, en los varones, las vías urinarias terminales (como la uretra) suelen ser los puntos de confluencia con las vías seminales (por las cuales pasan los espermatozoides en la eyaculación) haciendo más posible que las infecciones propias del tracto urinario afecten también a las estructuras relacionadas al aparato reproductor masculino.

Aunque menos frecuente que el ejemplo anterior, en las mujeres puede ocurrir un escenario similar. Las infecciones urinarias pueden llegar a producir procesos infecciosos dentro del intrincado aparato reproductor femenino.

Los casos de infecciones urinarias en las mujeres respecto a los hombres no son menos importantes contrariamente a lo que se cree. Incluso, suelen ser algo más comunes debido a la anatomía femenina debido a varias razones tales como:

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Sintomatología

Síntomas de las infecciones urológicas

Es posible que una infección urológica no se manifieste durante algún periodo antes de mostrar síntomas por lo que a menudo, el diagnóstico no se hace sino hasta que el proceso infeccioso ha avanzado notablemente.

En todo caso, los síntomas más característicos de las infecciones urinarias son los siguientes:

También es importante aclarar que dependiendo de la región afectada dado agentes causales distintos, las infecciones urinarias pueden tener síntomas diferentes como siguen:

En los varones mayores, muchos de estos síntomas suelen ser obviados porque se suelen confundir con simples problemas de próstatas agrandadas por lo que, en todo caso se recomienda una vigilante observación del proceso y de las manifestaciones clínicas que puedan tener lugar.

· Clasificación de las infecciones urológicas ·

En este apartado se abordaran las infecciones urológicas más frecuentes en hombres y en mujeres. No obstante, el enfoque está dirigido esencialmente a individuos masculinos. Las infecciones urinarias en mujeres forman parte de la ginecología.

1. Infección urinaria común o cistitis

La cistitis es la infección urinaria típica más representativa y frecuente. Se produce cuando un agente patógeno (bacteriano o no) invade la vejiga urinaria causando una inflamación del órgano y signos obstructivos, además de que suele ser el trastorno que precede a las demás infecciones genitourinarias.

Esta inflamación de la vejiga puede producirse por otras causas no infecciosas como el uso de ciertos medicamentos, el uso de catéteres o por radioterapia en el tratamiento del cáncer. En estos casos, el tratamiento consiste en suspender la práctica que se esté llevando a cabo y reemplazarla por otra.

Las cistitis se manifiestan con los signos característicos de lo que la gente entiende por infecciones urinarias tales como sentir deseo de orinar constantemente, orinar muy poco, sentir ardor en el momento de la micción, dolor en la pelvis y en algunos casos, algo de fiebre. Además, puede haber presencia de sangre en la orina o hematuria.

El gran problema de las cistitis es que muchos pacientes suelen tener la creencia de que son procesos infecciosos autolimitados (que en esencia lo son) pero muchas veces también, se pueden complicar y terminar produciendo infecciones de otras áreas como en los riñones o en las propias vías del aparato reproductor.

Diagnóstico

El diagnóstico de la cistitis es bastante sencillo y se centra en la orina del paciente por medio de análisis de orina en los que se busca encontrar trazas de bacterias, pus o sangre. Las cistoscopias (introducción de un cistoscopio en la uretra hasta la vejiga para ver sus paredes) pueden aportar información importante, especialmente cuando la infección urinaria es de larga data o crónica.

Si los síntomas de cistitis persisten y no se encontraron hallazgos médicos con el análisis de sangre o con la cistoscopia se recomienda la realización de biopsias y algunos estudios por imágenes como radiografías o ecografías (pudiera tratarse de un tumor que esté comprimiendo e irritando la vejiga). Afortunadamente, estos casos son infrecuentes.

Tratamiento

El tratamiento de las cistitis depende en gran medida de la causa. Por ejemplo, si se determina que es una bacteria la que está causando la infección, el tratamiento corresponderá a antibióticos específicos para ese tipo de bacteria (pudiendo determinarse esto último con la realización de un urocultivo), además de la sensibilidad de la bacteria a un antibiótico dado (antiobiograma)

2. Cuando la infección asciende: pielonefritis aguda

La pielonefritis representa (después de la infertilidad), la complicación más grave de las infecciones urinarias habituales, como la cistitis.

Ocurre cuando la infección, inicialmente limitada al tracto urinario inferior asciende desde la vejiga hasta los riñones por medio de los uréteres, causando invasión del parénquima renal (corteza y médula).

Esta infección renal comienza manifestándose con fiebres intermitentes y escalofríos, dolor en los costados de la región lumbar, dolor de abdomen, náuseas hasta producir otros síntomas como molestias al orinar, ganas recurrentes de ir al baño y presencia de sangre o pus en la orina.

El gran problema de la pielonefritis es que puede conducir a daño renal si la infección llega hasta la corteza renal donde se encuentran las nefronas (las múltiples y minúsculas unidades que filtran la sangre) dando insuficiencia renal aguda o incluso ser peor cuando el agente infeccioso llega al torrente sanguíneo y se disemina por todo el organismo.

La pielonefritis suele ser a menudo, el resultado de infecciones urinarias mal tratadas. El diagnóstico se da por historia clínica, análisis de orina, urocultivos y urogramas (radiografías de riñones).

El tratamiento debe incluir hospitalización y una intensa administración de antibióticos para los cuales la bacteria o el hongo sea sensible.

3. Uretritis

Las uretritis comprenden todo el grupo de inflamaciones agudas de la uretra ocasionadas por agentes patógenos, dentro de los cuales se incluyen las bacterias como la neisseria gonorrhoeae, agente causal de la gonorrea (uretritis gonocócica).

La uretritis no gonocócica se refiere a la misma inflamación pero por otras bacterias, es menos frecuente que la anterior y generalmente de mejor pronóstico.

Una inflamación de la uretra (la última porción que debe atravesar la orina antes de salir del cuerpo) puede traer consigo una obstrucción mecánica de las vías urinarias inferiores, repercutiendo no solo en la micción sino además, generando altos volúmenes de orina dentro de la vejiga y río arriba, en los riñones inclusive.

Síntomas

Los síntomas de las uretritis comprenden secreción purulenta de mal olor (especialmente en la uretritis gonocócica), ardor al orinar, dolor en la parte baja del abdomen y necesidad constante de querer orinar pequeñas cantidades y con mucho esfuerzo.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza con métodos clínicos (como exploración física y anamnesis), análisis de orina con cultivo bacteriológico y cistoscopia (o uroscopia).

Dependiendo del tipo de bacteria o del hongo que esté causando la infección, el antibiótico elegido podría ser diferente y para el cual, el patógeno sea sensible. Consumir estos fármacos de forma desordenada e indiscriminada puede conducir a crear bacterias muy resistentes a los antibióticos y difíciles de tratar, aumentando el riesgo de complicaciones y disminuyendo la mejoría del paciente.

4. Infecciones de los testículos y las vías espermáticas ¿Puedo quedar estéril con una infección mal controlada?

Las infecciones del tracto genitourinario de los hombres representan un potencial peligro para la propia fertilidad. Se calcula que entre el 7 y el 15 por cien de todos los casos de infertilidad masculina tienen su origen en infecciones de las vías seminales y espermáticas.

Los agentes patógenos responsables de la infección pueden ser variados (bacterias, hongos, virus o parásitos) así como también la ubicación anatómica en la que infecten (testículos, epidídimo y glándulas sexuales accesorias).

Dentro de estas glándulas sexuales accesorias en las cuales se puede ubicar la infección, las más importantes son la próstata, las vesículas seminales y los conductos deferentes. Estas infecciones están más que asociadas al deterioro de la capacidad reproductiva del varón y de su funcionalidad espermática (produciendo espermatozoides de mala calidad, con poca motilidad o muy frágiles a las condiciones externas).

Pero, ¿cómo puede una infección de las vías reproductivas producirse y cuál es el mecanismo por el que produce infertilidad en el hombre?

La realidad es que los agentes patógenos pueden acceder directamente al aparato reproductor masculino por medio de las mismas vías urinarias, en las que muy probablemente ya haya invadido previamente el patógeno. También, pudiera darse el caso de infecciones seminales por bacterias que viajan en la sangre desde ubicaciones tan distantes como los pulmones (como en las neumonías).

Ahora bien, la propia respuesta inmunitaria contra el patógeno puede dañar los delicados epitelios especializados en la producción de espermatozoides sanos y hábiles para fertilizar. Además, la inflamación resultante puede obstruir las vías por las cuales estas células sexuales son expulsadas durante la eyaculación.

Info

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¿Qué se hace ante un caso de infección seminal?

El paciente, ante los síntomas propios de estas infecciones (dolor e inflamación del área escrotal, ardor, imposibilidad para eyacular o dolor mientras, fiebres, infecciones de tracto urinario previas, etc.) debe acudir inmediatamente con un médico especialista en temas de urología o andrología para realizar el diagnóstico, la identificación del agente patógeno, la cuantificación de las lesiones (si existiesen) y recibir el tratamiento más adecuado.

El pronóstico de estos trastornos infecciosos es proporcional a la ase infecciosa en la que se encuentre y a la capacidad del organismo para responder al patógeno.

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Diagnostico

¿Tengo los síntomas pero cómo confirmo si padezco una infección urinaria?

Primero que nada es importante mantener la calma y entender que estos procesos infecciosos tienen una alta tasa de curación siempre que reciban atención médica oportuna.

Los especialistas médicos en este tipo de infecciones son los urólogos y en cierta medida, los andrólogos (en mujeres, el equivalente sería el ginecólogo).

El médico, ante este escenario realizará una exploración física sumada a una anamnesis para recabar la mayor cantidad de información antes de pasar al resto de estudios clínicos.

Dentro del interrogatorio o anamnesis, las preguntas que más suelen hacerse son:

Completar el diagnóstico incluye realizar pruebas como:

El diagnóstico tiene como objetivos fundamentales:

Técnicas y tratamientos

Tratamiento de las infecciones urológicas

El manejo terapéutico de las infecciones urológicas corresponde a la administración de antibióticos específicos para el patógeno causante del problema, la adopción de hábitos saludables (como aumentar el consumo de agua) y la vigilancia de la infección (para detectar si esta se agrava o cambia de ubicación).

El médico tratante de la infección puede decidir si es necesario que el paciente permanezca hospitalizado. Esto ayuda a administrar dosis de antibióticos de una forma más óptima y mantener en observación constante los cambios que pudieran presentarse en el paciente.

Preguntas frecuentes en los centros Andromedi de Madrid, Sevilla, Marbella y Tenerife

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¿Qué complicaciones podrían derivar de una simple infección urinaria? ¿Qué pasaría si no busco tratar el problema?

Se ha observado una alta incidencia de daños renales (irreversibles, incluso) y de problemas de fertilidad masculina en pacientes que experimentaron infecciones urinarias pero que no recibieron o buscaron ayuda médica oportuna.

Los agentes patógenos pueden migrar de ubicación e invadir otros tejidos. Muchos de los cuales, pueden experimentar lesiones permanentes como lo son el epitelio seminífero de los testículos. Esto sucede raramente pero igual sigue teniendo relevancia.

Los riñones son otro órgano afectado, pudiendo presentar daños en el tejido encargado de filtrar la sangre de toxinas y sustancias de desecho, la corteza renal.

Otro problema de una infección urinaria mal tratada (o sin tratamiento) es el riesgo que se corre de que la bacteria o el hongo atraviese ciertas barreras naturales y llegue a la sangre, pudiendo depositarse en tejidos tan distantes como el cerebro, la médula espinal o la retina del ojo.

¿Se pueden tener relaciones sexuales mientras se tiene infecciones urinarias?

Lo recomendable es mantener abstinencia sexual al menos durante el periodo de administración del tratamiento, e incluso algunos días más.

Esto disminuye el riesgo de que la infección se extienda a otra localizaciones anatómicas o que, en el peor de los casos, el agente patógeno pueda infectar el trato urinario de la pareja.

¿Son prevenibles estas infecciones?
Evitar que ocurran estas infecciones es difícil de calcular, especialmente en pacientes con mayor predisposición (por ciertas enfermedades, etc.) pero sí es posible disminuir el riesgo de contraerlas con ciertos hábitos saludables como:
  • Mantener una ingesta adecuada de agua.
  • Mantener una higiene aceptable del área genital.
  • No consumir esteroides durante largo tiempo.
  • No consumir antibióticos de forma indiscriminada.
¿Puede un tampón producir infecciones urinarias en mujeres?

Raros pero relevantes, los casos de síndrome de shock tóxico (SST) constituyen una seria complicación derivada del uso de tampones menstruales.

Este trastorno consiste en la exagerada colonización de bacterias de la especie staphylococus aureus (un habitante normal de la piel) dentro de tampones, produciendo toxinas con alto nivel patogénico que terminan desencadenando una respuesta inmune exagerada y descontrolada.

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