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Sí. Esto se debe a que los descensos prolongados de testosterona también inciden negativamente en las respuestas emocionales relacionadas al sexo. Al estar disminuido la libido, más difícil será lograr y mantener erecciones efectivas del pene que permitan disfrutar de una vida sexual plena.
El hipogonadismo femenino se refiere a un trastorno hormonal de los ovarios para producir estrógenos y progestágenos, las hormonas sexuales femeninas por excelencia.
El hipogonadismo, además de alterar los ciclos menstruales y de disminuir la capacidad de ovular (y por ende, de tener hijos), también tiene efectos en otros sistemas. Favorece el advenimiento temprano de la menopausia.
Se diagnostica con exámenes físicos y con pruebas de laboratorio, para medir los niveles sanguíneos de estas hormonas ováricas y de las del eje hipotálamo hipofisario.
El tratamiento consiste en una terapia de reemplazo hormonal, similar que en los hombres pero con estrógenos y progestágenos. Generalmente se realiza con dosis que van variando de acuerdo al paso de los días para estimular o simular los cambios hormonales propios del ciclo menstrual.
Mucho menos frecuente que el hipogonadismo, el hipergonadismo se refiere a la patología endocrina en la que el cuerpo del hombre o la mujer secretan elevadas cantidades de hormonas sexuales al día, testosterona en hombres y estrógenos y progestágenos en mujeres.
Las manifestaciones clínicas más evidentes son alteraciones en el desarrollo corporal, cambios de la conducta y los patrones de sueño. También podría haber problemas para tener hijos.
El hipergonadismo masculino se asocia con el cáncer de próstata. Su tratamiento comprende la administración de fármacos que disminuyen la capacidad de respuesta del organismo a la testosterona. Es decir, hacen algunos tejidos (como los testículos) menos sensibles a la testosterona.