“Tengo el pene pequeño”, una obsesión masculina que puede generar un cuadro de ansiedad

El síndrome del pene pequeño (SPP) es un cuadro de ansiedad poco conocido que se identifica últimamente en muchas consultas, en el que el paciente desarrolla en el plano sexual una ansiedad provocada por pensamientos obsesivos acerca de una insuficiente longitud (no justificada) de su pene. Es por supuesto un caso totalmente diferente de pacientes que realmente si tienen un miembro de dimensiones reducidas, como puede ser lo que en andrología calificamos como micropene. También, cllínicamente, puede calificarse esta tendencia psicológica como “dismorfofobia“, ya que esta se describe de forma general como una afección en que hay un defecto imaginario en la apariencia física. La obsesión y el miedo con respecto a la longitud o tamaño del pene (ya sea en estado de flacidez o erección) pueden aparecer a raíz de malas experiencias sexuales, comentarios malintencionados, comparaciones en baños o gimnasios públicos o separaciones de pareja. El hombre que recibe estas señales de su entorno puede llegar a pensar erróneamente que es menos válido en el terreno sexual, aún estando bien dotado. Todo esto puede desembocar en una baja autoestima, nerviosismo o inseguridad en el plano sexual, pudiendo generar rechazo a las propias relaciones sexuales…..aún cuando el miembro por su tamaño es totalmente funcional y está preparado preparados para ofrecer y recibir placer sin ningún tipo de problemas. Es bastante frecuente en hombres preocuparse por la relación entre el tamaño de su pene y su virilidad. Alrededor de la mitad de los varones suelen expresar su deseo de tener un pene más grande, una realidad que choca frontalmente con lo que las mujeres suelen demandar (como ya demostramos en nuestra encuesta realizada en nuestros centros Andromedi de Madrid, Sevilla, Marbella y Tenerife a jóvenes españolas:) un conjunto de varios factores, no sólo de tamaño. Muchos de estos hombres que padecen SPP o están cercanos a ello, suelen acudir en primera instancia a internet a comprobar si realmente los aparatos extensores funcionan en la tan deseada tarea de alargar el pene. Ha corrido mucha tinta con respecto a este tema, y como en muchas otras ocasiones, no es un tema que pueda resumirse como blanco o negro. El uso de estos extensores sin supervisión médica suele acarrear serios riesgos para la salud, aunque por otra parte, en consulta nos son útiles tras las operaciones quirúrgicas de Peyronie y en algunos casos de alargamiento de pene pequeño. El uso prolongado o indebido de estos aparatos, además de no ser realmente eficaces si se usan de forma interrumpida o aislada (sin formar parte de un tratamiento médico más elaborado) trae complicaciones que no deben tomarse a la ligera (desgarros, lesiones, desfiguraciones, etc). Ademas, todo ello hablando de longitud, no de grosor. Hay varias formas en las que un paciente puede encontrar mejoría en el desarrollo de este tipo de ansiedad. Debido al carácter eminentemente psicológico de este síndrome todos los caminos pasan por la terapia sexual y psicológica.

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